Xian. Ejercito de terracota

19 Agosto 2010

El vuelo Zhangjiajie-Xian sale con retraso de más de media hora. Por sorpresa cuando subimos al avión la azafata nos indica que nuestros asientos están en primera clase. Comooo? he estado durmiendo en el suelo del aeropuerto cuando tenia enfrente la sala vip con cómodos sofás vacíos?? Jo!

Entre chinos bien vestidos estamos nosotros en primera fila hechos una piltrafa. Pero que más da, vamos en primera clase. Incluso al llegar tenemos vehículo privado, una elegante furgoneta. Que pena que haya sido en un vuelo de solo 2 horas...

Aunque es tardísimo al salir encontramos el autobus nº1 que circula toda la noche. El trayecto es de una hora y te deja en la Bell Tower. Nuestro alojamiento no queda muy lejos de allí y vamos andando.

Al llegar, una sopresa menos grata. No se acordaban de que llegabamos tarde y han ocupado nuestra habitación. Venimos en primera clase en el avión y acabamos durmiendo en los sofas del bar del youth hostel.

Tras descansar un poco y ver que está lloviendo decidimos ir a ver los famosos guerreros que nos han traido a esta ciudad. Para ir cogemos un bus hasta la estación de trenes y allí el bus nº306 que tarda más o menos una hora.

La oficina de tickets esta cerca de donde te deja el bus pero para llegar a la entrada del recinto hay que andar bastante. Nosotros le hechamos cara y sacamos entrada de estudiante, pero lo bueno es que David como no tiene enseña el DNI y se lo cogen en casi todos los sitios. Cualquier tarjeta con foto pasa por carnet de estudiante.

El recinto alberga 3 fosas. La primera es la más imponente y también la más dificil de ver, hay un montón de gente. Hemos vuelto al trayecto turístico y volvemos a ver no solo extranjeros, también muchos españoles.

Cerca de 6000 guerreros y caballos orientados al este en posición de batalla llenan el enorme agujero. Se pudo morir tranquilo el Emperador Quin con semejante ejercito enterrado junto su tumba.

Es curioso ver como cada figura es única, sus caras, peinados y ropajes correspondientes a diferentes cargos. Puedes imaginar toda la fosa en su estado original con todas las estatuas llenas de color y es realmente impresionante.

Después de ver la gran fosa las demás tienen menos interés. La segunda tiene cinco soldados en vitrinas donde se pueden examinar de cerca el gran nivel de detalle de estas estatuas.

Cuando regresamos a Xian sigue lloviendo y con el paraguas recorremos las estrechas calles del barrio musulmán. Es chocante ver a chinos con el gorrito típico árabe.

Al anochecer la Torre de Campana y la de Tambor destacan entre todas las luces.

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