Chengyang

12 Agosto 2010

Hoy nos movemos hasta el conjunto de aldeas de Chenyang, cerca de Sanjiang. Nos levantamos pronto para coger la furgoneta de las 9:00h que sale desde el parking. Una vez en Longsheng, cogemos un autobús a Sangjiang que tarda 1 hora y media. No hay tanta distancia pero las carreteras son malas y el autobus para según pide la gente.

Desde la estación de Sangjiang salen autobuses a las aldeas, los tickets se compran en taquilla y el trayecto dura media hora.

El conjunto de Chengyang consta de 8 aldeas de la étnia Dong que se situan a las orillas de varios rios. Los dong construyeron elegantes "puentes de la lluvia y el viento" que son hoy el principal atractivo del lugar.

La primera aldea es Ma´an Zhai y en ella esta el puente más grande, junto a él te deja el autobús y para seguir tienes que pagar la entrada obligatoria.

Nosotros nos alojamos en el hotel que hay junto al puente, es el primero que vemos y como esta bien no buscamos más. Además tiene unas bonitas vistas al rio.

Estos tradicionales poblados de madera tienen como edificio principal una Torre Tambor junto a la que normalmente hay una gran plaza. Estas torres tienen un papel simbólico muy importante en la vida de los Dong y representan el alma de la comunidad.

En la plaza de Ma´an Zhai todos los dias sobre las 15h hacen unos bailes locales para los turistas. Nosotros llegamos a tiempo para verlos y sin haber comido esperamos a que empiecen sentados en los bancos que preparan para el público. Es una actuación corta en la que acaban acercándose a los espectadores para darles un licor que por las caras no parece nada suave, acto seguido ponen la bandeja para que dejes propina.

No hay mucha oferta de casas de comida, las opciones se ven reducidas a lo poco que ofrecen los hostales. La mujer de nuestro alojamiento ofrece comidas a precios bastante más económicos que los que están en el pueblo.

Pasamos la tarde recorriendo algunas de las aldeas más cercanas que están tan pegadas entre sí que pasas de una a otra sin darte cuenta. Los bonitos puentes de la lluvia y el viento salvan los rios que discurren entre ellas.

La vida de los Dong es tranquila, las mujeres y niños sentados en la puerta de sus casas nos saludan al pasar y les hace gracia que les digamos "ni hao" también.

Las mujeres visten blusas de un azul intenso con el que tiñen todas las telas típicas. Muchas de ellas llevan las manos oscurecidas de trabajar con este tinte.

Paseamos y paseamos, nos dejamos llevar por las calles y los numerosos senderos que recorren los verdes arrozales. Aunque hay algún turista no nos cruzamos muchos, parece que nos hemos salido de la ruta multitudinaria.

Los Dong recorren los senderos cargando hábilmente en sus hombros cestas con verduras, paja o cubos llenos de agua de los que no derraman ni una gota.

Reservamos la última hora de la tarde para subir a la alta montaña a la que se accede desde el otro lado del gran puente, donde te deja el bus. Aún así llegamos arriba empapados, pero las visas compensan todos los escalones.


13 Agosto 2010

Sin saber muy bien que aldeas hemos visto volvemos a recorrer muchos de los caminos de ayer, no es fácil orientarse en el entramado de calles y puentes. Seis de la aldeas estan muy cerca pero para ir las otras dos hay que andar un buen trozo por la carretera o alquilar una bici. Nosotros no llegamos a ir porque vemos que no quedan muy cerca y realmente son todas muy parecidas.

Seguimos descubriendo la vida de los Dong que hacen buen uso de la sombra y la temperatura que ofrecen los puentes cubiertos.

Los ríos alivian también el sofocante calor y son un gran lugar de reunión.

Las horas de mucho sol nos refugiamos en la habitación frente al ventilador, por la tarde volvemos a salir para dar nuestro último paseo y despedirnos de los maravillosos puentes.

Nuestra ruta sigue hasta Jishou. Para no deshacer el camino hasta Guilin tenemos pensado coger un tren que pasa a las 00:16h por "Sangjiangxian", la estación más cercana a Sangjiang. Pero está en otra localidad, a media hora en coche. Desde España no encontramos mucha información sobre este trayecto y fue un problema hasta que en Chengyang lo pudimos aclarar.

Los billetes para esta parada no se venden con antelación, tienes que estar en la estación pronto porque una hora antes abren la ventanilla de tickets. La estación queda a una hora de Chengyang. Nosotros reservamos un taxi para las 22:00h en Yang´s Guesthouse en Ma´an Zhai.

Cuando llegamos a la pequeña estación ya hay bastantes chinos esperando. La ventanilla la abren al poco de estar allí, tenemos suerte y conseguimos las dos últimas literas duras que quedan. Lo malo es que son las de arriba del todo y separadas.

La experiencia fue única. Cuando subimos al tren y con una linterna el revisor nos enseña donde tenemos que subir nos cagamos. La literas no tenian escaleras y como pudimos, de cama en cama, nos metimos en aquel pequeño hueco. Quietos, sin saber como estaban las sabanas, con un ventilador pegandonos en la cara y el ruido de las ventanas abiertas pasamos las 6 horas que duraba el trayecto.

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