Fenghuang

14 Agosto 2010

Tras una noche ajetreada de viaje llegamos prontito a Jishou, una ciudad de paso que no tiene nada que ver pero que es un buen enlace ir a Fenghuang.

Los buses salen desde la misma estación de trenes. En una hora llegamos a la famosa ciudad ribereña, nosotros y un montón de turistas chinos.

Nos pareció curioso que una ciudad tan bonita esté fuera de las rutas elegidas por los extranjeros. No vimos a casi nadie. Sin embargo es un principal destino para el turismo nacional y está atestada de visitantes chinos.

La estación de autobuses está a las afueras y hay que tomar un autobus urbano para llegar al centro.

La zona antigua se extiende a ambos lados del rio Tuo, varios puentes lo cruzan, y el bus te deja junto al de tráfico rodado. Desde allí entendemos lo grande que es el casco antiguo de esta localidad.

Buscamos alojamiento por las calles cercanas, visitamos varias casas con habitaciones pero son todas bastante penosas. Al final, cansados de las mochilas, nos quedamos con la que menos nos desagrada. Más tarde paseando vemos que en la parte baja del río se concentran hoteles que pueden ser mejor opción.

Tras descansar un rato paseamos entre la multitud de chinos que como nosotros han decidido conocer la ciudad. Entre tanto chino llamamos la atención y no sabemos que gracia les hacemos pero muchos nos piden muy ilusionados hacerse fotos con nosotros.

Las calles tienen una gran herencia arquitectónica de casas de piedra con característicos caballetes en sus tejados. Desde la restaurada muralla se pueden ver con más detalle las bonitas tallas que los decoran.

Se conservan muchos templos e importantes casas que pueden visitarse adquiriendo un abono global, pero no venden entradas sueltas.

Las tradicionales calles estan llenas de tiendas con gran variedad de recuerdos; trabajadas botellas de licores, típica ropa miao y falsas antigüedades.

Hay también todo tipo de restaurantes y vendedores ambulantes que cocinan típicos tentenpiés.

El río da vida a esta ciudad y entorno a él se concentra todo el casco antiguo.

Una pasarela de madera y dos hileras de losas de piedra cruzan la parte más concurrida donde necesariamente se ha de seguir el paseo por la orilla oeste.

En el lado este una larga hilera de casas sobre pilotes con farolillos rojos y sabanas ondeantes decora el cauce del río.

El gran puente cubierto de Hong Quio es el elemento central y trás pasarlo el río dibuja una larga curva que concentra los rincones más fotografiados de Fenghuang.

Numerosas góndolas recorren los diferentes tramos del río y si deambulas por la orilla te interrumpen constantemente para ofrecerte paseos. También es posible llevarte una foto de recuerdo vestido con trajes típicos de la región.

Nosotros preferimos recorrer el paseo a pie con la libertad de explorar cada rincón y descubrir lo poco que queda de vida tradicional.

Por la noche el colorido río sigue igual de concurrido, el negocio ahora es vender elaboradas flores de papel flotantes con pequeñas velas que inundan las aguas llevando los deseos de muchos turistas.

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