Beijing. Ciudad Prohibida

23 Agosto 2010

Cuando llegamos a Beijng ni siquiera ha amanecido, son solo las 04.00h y tenemos que esperar a que abran el metro para ir al albergue que tenemos reservado.

Cansados y sin habitación donde echarnos un rato decidimos visitar la Ciudad Prohibida.

Una primera visita al Parque de Jingshan nos ofrece, desde su alta colina, unas inmejorables vistas del conjunto de edificios antiguos más extenso y mejor conservado de china.

Este símbolo impresionante del pasado imperial chino era llamado la "Ciudad Prohibida" porque nadie podía entrar o salir de ella sin el consentimiento directo del emperador.

Las coloridas edificaciones de tejados amarillos se elevan sobre grandes terrazas con ornamentadas barandillas de mármol blanco. Las salas interiores no se pueden visitar, aunque algunas se pueden ver desde fuera. Los pequeños museos y exposiciones albergan objetos y vestimentas que ayudan a imaginar la vida de la época imperial.

El recorrido es algo monótono porque la arquitectura de los edificios principales se repite y parecen todos iguales. El calor y la cantidad de gente tampoco ayudan a prolongar mucho la visita.

Por la tarde cogemos el metro hasta "Gulou Dajie" para visitar la zona de "hutongs" y las Torres del Tambor y de la Campana.

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