Bangkok

3 Agosto 2008

A pesar del cansancio madrugamos bastante para no desperdiciar las horas de luz. Caminando llegamos a Wat Phra Kaew, el conocido templo del Buda Esmeralda.

El templo esta protegido por una gran muralla blanca, una vez dentro nos obligan a cubrirnos las piernas para presentarnos ante la imagen del buda. A cambio de un depósito nos prestan unos pantalones y una especie de falda. Una norma no muy extricta que algunos grupos organizados no cumplían.

El templo es un gran conjunto arquitectónico de exquisita riqueza cromática y ornamental. Un reducido espacio donde recorremos doradas stupas, templos y cuidados jardines.





Los templos de intactos techos de azulejos naranjas y verdes están recubiertos de incrustados mosaicos que resplandecen bajo los rayos del sol.

Para entrar es necesario descalzarte, en la entrada existen numerosos casilleros donde dejar los zapatos.







Junto este fastuoso grupo y rodeado de elaborados jardines se encuentra el Gran Palacio, antigua residencia de monarca.



Aunque el recinto merece todo el tiempo que puedas dedicarle. Nosotros, debido a nuestro estado de deshidratación y la inexistencia de lugares donde comprar bebidas, decidimos que ya es suficiente.

Tras reponernos visitamos el Wat Pho, templo que alberga la mayor figura de Buda reclinado y el Centro Nacional de Enseñanza de Medicina Tradicional Tailandesa.

Sorprende como el gigantesco Buda encaja casi milimetricamente en el templo, sus 46 metros de base quedan casi aprisionados entre los pilares.



La figura de estuco recubierto de pan de oro ilustra en sus enormes pies el paso de Buda al Nirvana.



Junto a él otros templos exponen otras imagenes de Buda. Bajo ellas numerosas ofrendas de flores y cubos con alimentos y refrescos.

El buda es una imagen sagrada, al sentarse frente a ella se debe evitar que las puntas de los pies le apunten.En teoría tampoco debe fotografiarse...





Cercano a los templos se encuentra el laberíntico Mercado de Amuletos donde se exhiben una amplia variedad de pequeños talismanes y objetos espirituales de todo tipo.



Al llegar a Kao San probamos nuestro primer Pad Thai, un plato muy típico de fideos de arroz que los vendores ambulantes realizan de forma muy curiosa en una paellera inclinada. Lo mejor de todo es que cuesta 25THB!





Por la tarde intentamos ir a Wat Arum, templo situado a la otra orilla del Chao Phray. Tras no encontrar la parada cambiamos de planes y cogemos un taxi al famoso centro comercial MBK.

Coger un taxi en este país es toda una odisea, una dura pelea para conseguir que hagan uso del taxímetro y no te estafen con un precio cerrado. Cuesta, pero nosotros
siempre encontramos alguien que nos lo pone.

En el MBK solo conseguimos marearnos. Sin embargo David hace un gran descubrimiento, los conos del Mc Donalds! Aquí los bañan en chocolate y tan solo cuestan 12THB.

Para terminar el día tomamos otro taxi al mercado nocturno de "Suam Lum". Recorremos la gran variedad de puestos sin mucho ánimo de comprar, buscando en cambio algun vendedor de comida.



Acabamos cenando en un restaurante que no podemos recomendar.

4 Agosto 2008

Segundo intento de llegar a Wat Arum. Hoy vemos las cosas más claras. El barco no para directamente en el templo, tienes que bajar en una parada que esta justo enfrente y allí coger un ferry que cruza el río.

El templo representa ,junto con Wat Phra Kaew y Wat Pho, el sagrado triunvirato de la historia de la ciudad. Desde la distancia no se perciben bien los mosaicos florales hechos con porcelana china.



Cuando llegamos apenas hay gente, lo que nos permite ver el templo tranquilamente. Las escaleras que permiten subir a lo alto del monumento son un gran inconveniente para mi...



Subo hasta la mitad desde donde espero, viendo las vistas de las orillas del río, a que David recorra el peor tramo.



De vuelta al embarcadero nos ofrecen excursiones por los canales del río llamados "Klongs". Nosotros preferimos negociar directamente con uno de los barqueros. Tras un largo regateo conseguimos un paseo de dos horas por 1300THB.





Solos, en una gran barca, disfrutamos de la brisa que nos alivia un poco el sofocante bochorno. Un paseo lleno de contrastes entre coloridos templos, importantes mansiones y la pobreza de la mayoria de las casas.





Hacemos dos altos en el camino para visitar una plantación de orquideas típicas que florecen allí y para dar de comer a unos peces.



Regresamos a la zona del hotel a comer. Ya conocemos los puestos y comemos bien y barato.





Tras comer regresamos al hotel a por el equipaje. Mañana visitaremos el Parque Nacional de Erawan, en la provincia de Kanchanaburi hasta donde nos desplazamos hoy.

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