YUCATÁN. Mérida-Uxmal-Chichen Itzá

Tras llegar de la Selva Lacandona tomamos un autobús nocturno de ADO a Mérida (384MXN/pers).

Hemos pasado un calor horroroso y necesitamos una ducha, por suerte conseguimos que el recepcionista del hotel nos deje darnos un bañito en la piscina a cambio de unos pesos.

Por la mañana temprano llegamos a Mérida y caminando encontramos el zócalo donde, tras visitar hoteles bastante malos, nos quedamos en el "Hostel Zócalo" (250MXN/noche). Un albergue regentado por unos hippies algo raros. El ambiente es bueno y dispone de zonas comunes y cocina.

Uxmal

Nuestra idea es ir a Uxmal, situada a 62 km al sur de Mérida. Hay un autobús de ATS que te lleva a esta y otras ruinas cercanas que conforman la conocida Ruta Puuc. Pero el precio nos parace excesivo ya que no incluye entradas y optamos por tomar un económico autobús de segunda (162MXN i/v los dos).

Hasta ahora solo habíamos subido en autobuses de primera por la recomendación de no usar transportes que realicen paradas en el trayecto por el mayor riesgo a que te atraquen. En nuestro caso no hubo ningún problema, como tampoco lo tuvimos en los colectivos de Chiapas.

Trás una hora de viaje el autobús nos deja en la carretera, allí hay un camino que en cuestión de minutos te lleva a la entrada de las ruinas (111 MXN/pers).

El edificio dominante de esta ciudad es, sin dudas, la conocida como Pirámide del Adivino. Con una singular planta ovalada se levanta hasta 30 metros de altura con un templo achapararado en su cúspide.




El Cuadrángulo de las Monjas es un conjunto arquitectónico con ricas muestras del arte maya en piedra, que transformó la dura materia en una gran filigrana de mascarones de Chaac, grecas, serpientes entrelazadas, motivos geométricos y otros elementos decorativos característicos del estilo Puuc.




Visitamos tranquilamente el recinto, apenas hay gente. Tan solo nos cruzamos de vez en cuando con algún pequeño reptil.



Desde la Gran Pirámide vemos la panorámica de la zona arqueologica. La Pirámide del Adivino, el cuadrángulo y el juego de la pelota se abren paso entre la densa vegetación.



El estado de conservación de estas ruinas es excelente y pese a no ser tan conocidas como Chichen Itzá están a su altura.

Mérida

Al llegar de Uxmal nos recibe una gran tormenta que nos obliga a pasar gran parte de la tarde en el albergue.



Paseamos por el centro de la ciudad y por la noche acudimos a una fiesta callejera de bailes regionales méxicanos que realizan todos los sábados no muy lejos del centro. Cenamos en los puestos que acompañan el espectáculo pero la lluvia que no cesa estropea la noche.






Chichen Itzá


Un autobus ADO conecta Mérida con las famosas ruinas (74 MXN/pers). Tomamos el primero, a las 6.30h, para evitar pasar mucho calor en la visita.

En 2h llegamos a la entrada del recinto y dejamos las mochilas en las consignas que vienen incluidas con la entrada (111 MXN/pers).

La primera edificación que encontramos es la famosa Pirámide de Kukulkán



Un edificio que demuestra los profundos conocimientos de matemáticas, geometría y astronomía que los poseían los mayas.Una sociedad que vivía de la agricultura y necesitaba planear sus cosechas.

Así observaron con detenimiento el comportamiento de las estaciones y las variaciones de las trayectorias del Sol, y registraron sus conocimientos en la construcción de este templo.

De esta forma su arquitectura y ubicación no es casual. Cada escalón es un día del año, con un total de 365, los días del año solar. Su ubicación fue establecida matemáticamente para registrar la llegada de la primavera y el otoño, momentos de sembrar y recoger la cosecha.

El 21 de marzo y el 22 de septiembre se puede observar como la sombra de una serpiente parece descender del templo y el último reducto de luz se proyecta en la cabeza de la serpiente emplumada que se encuentra en la base de la escalinata.



Actualmente no está permitido subir a la pirámide y tampoco hay ningún otro edificio elevado donde obtener una panorámica del conjunto.

Las fachadas de los templos están decoradas con series de máscaras con narices protuberantes en forma de trompas que dicen ser elotes, su alimento básico.





La cancha del Juego de la pelota de estas ruinas es la más grande y mejor conservada de Mesoamérica.



En Chichén Itzá se ve a la perfección la estructura de este juego, incluso los anillos de piedra colocados a gran altura permanecen casi intactos.



El centote sagrado es accesible dentro del recinto, caminando unos minutos llegamos a esta gran fosa que poco tiene que ver, una gran agujero con agua turbia.

El recinto entero esta lleno de vendedores de todo tipo de recuerdos y souvenirs mayas.

Pese a haber llegado a primera hora el calor nos alcanza, y todos buscamos una sombra donde cobijarnos.

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