Para variar un poco la rutina de viaje planeamos una mañana de aventura. Desde Querétaro viajamos unos cuantos kilometros hasta llegar a Jacomulco, un pueblecito enclavado en la selva selva tropical veracruzana cuya arquitectura se mantiene en perfecta armonía con la naturaleza que le rodea.
La zona cuenta con numerosas e interesantes barrancas que a lo largo de toda su extensión presentan numerosos rápidos de distintos niveles para realizar rafting.
En el pueblo han proliferado varias agencias de multiaventura y estas actividades son el principal motivo de nuestra llegada.
Tras visitar casi todos los alojamientos nos quedamos en "Posada la Mexicana", un correcto hotel con habitaciones de distinta capacidad. Elegimos habitaciones compartidas y pagamos 100MXN por persona.
La siguiente ronda es para recoger precios de la agencias y contratar la excursión del día siguiente, no recordamos el nombre de la empresa pero escogimos la que mejor precio nos dió.
La experiencia resulta muy divertida.
Tras la actividad hacemos tiempo hasta la hora de comer paseando por el pueblo. Pronto acabamos porque este se reduce a unas pocas calles polvorientas con modestas casas, la vegetación que rodea el lugar y un puente colgante que cruza el río Pescados se ganan el encanto del lugar.
Comemos en un restaurante situado al otro lado del puente. Tacos y cócteles de camarones, calderetas de pescado... una buena comida a un precio impensable en España.
Veracruz
La ciudad de Veracruz tiene el puerto marítimo comercial más importante de México. Su casco antiguo conserva el colonialismo de las ciudades mexicanas, pero conforme nos alejamos de él encontramos una zona costera plagada de grandes hoteles y zonas de ocio.
Preferimos quedarnos en la zona antigua y tras buscar bastante encontramos un hotel diponible, "Mesón del Mar". Un alojamiento muy céntrico pero algo caro (860 MXN/habitación 4 pers).
La ciudad está llena de vida de día y de noche. Salimos a cenar y encontramos un centro abarrotado de gente, muchos vendedores ambulantes, puestos callejeros de comida, y todos los locales abiertos. Paseamos por el Malecom, pero más bien vamos sorteando la gente que se para a ver los artistas callejeros y vendedores de juguetes que inundan el paseo.
Encontramos que la ciudad no tiene mucho que ver, pero uno de los principales reclamos de esta es San Juan de Ulúa.
Esta pequeña isla ubicada frente al puerto de la ciudad fue el punto donde desembarcó Hernán Cortés, el conquistador español construyó allí una gran fortaleza de defensa que con el tiempo acabó siendo la prisión más temida del país.
La entrada incluye una visita guiada en grupo que ayuda a entender la historia del lugar.
Una de las peculiariedades de San Juan de Ulúa es que está construida con coral, en su día no tuvieron otro material para edificar y destruyeron parte de esta joya marina.
La Antigua
Se dice que en La Antigua está la casa de Hernán Cortés y nosotros fuimos verla.
La peculiar casa se mantiene en pié gracias a un capricho de la naturaleza que hizo que las raíces de los arboles se enraizaran en los muros de esta construcción evitando su caída. Abandonada se ha mantenido hasta a actualidad y vale la pena verla simplemente por el encanto que le ha dado la naturaleza.
Contratamos un guia local que nos explica la casa, una iglesia considerada la primera de América Continental y un gran árbol donde dicen que amarró su embarcación el conquistador.
Tras comer regresamos a Querétaro, tenemos un largo viaje.
0 comentarios:
Publicar un comentario