Böoningen-Brienz-Meiringen-Lungern-Lucerna

Un nuevo día nublado nos fastidia nuestra última oportunidad de subir al Jungfrau.

En los lagos el tiempo es formidable, parece mentira que en los altos picos la situación sea tan distinta, jo....

Nuestro destino final de hoy es Lucerna, en el trayecto tenemos planeadas diversas paradas. Visitamos Böoningen, Iseltwald y Brienz, que comparten un entorno privilegiado a orillas de lago Brienz.





Todos los pueblos tienen su oficina de información turística. En Böoningen organizan una visita guiada gratuita por las casas del pueblo, explicandote su historia y peculiaridades.

Tenemos la suerte de llegar unos minutos antes de que comience, ser los únicos apuntados y de que la guía sepa algo de español.

La visita se convierte en un agradable paseo donde aprendemos muchas cosas sobre la arquitectura de estas pintorescas viviendas, cómo los aspectos decorativos de las fachadas reflejan su año de construcción.





El tiempo es totalmente imprivisible, de repente una tormenta acompañada de una gran neblina invade los lagos.

En el trayecto de Brienz a Meiringen vemos numerosos saltos de agua, y por supuesto paramos para hacer una fotillo.



Incluimos Meiringen en la ruta por ser el inicio de dos grandes atracciones. Las gargantas del rio Aare (Aareschlucht) y la "Ruta de los tres puertos".

Nos da mucha rabia no poder recorrer los puertos Sustenpass—Furkapass—Gimselpass, de los que hemos leido maravillas, pero es imposible hacerla porque estas carreteras se encuentran todavía cerradas por la nieve.

Nos dirigimos a Lucerna por una carretera de montaña que pasa por Lugern, un pueblo que no figura en la lista de los más famosos y que vale mucho la pena.



Situado un valle refugiado entre montañas, sus casas se distribuyen alrededor de un lago. Entendemos que estas localidades se dedican principalmente a la ganaderia de animales tan simpáticos como estos.





Las vistas desde el cementerio son así de bonitas.





Aquí los cemeterios son preciosos, con bonitas lápidas y coloridas flores plantadas junto a ellas. En todos vemos gente cuidandolos al detalle.

Al llegar a Lucern todavía nos da tiempo a recorrer tranquilamente todo el casco antiguo y subir a su antigua muralla.





Entre lo más destacado visitamos su famoso puente de madera cubierto y el Monumento al León en honor a la Guardia Suiza, una impresionante escultura tallada en una enorme roca.



Ante las expectativas que nos habían generado los piropos que recibe esta ciudad nos sentimos un poco decepcionados tras visitarla. No es que no sea bonita pero para nosotros no sobresale del resto.

Nos alojamos en Littau, a excasos minutos del centro. En el BnB Haus in Lochli nos acoje el simpático matrimonio Jenny & Raymond. La habitación esta impecable y tiene baño dentro.



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