Montreux- Gruyeres- Berna- Murten- Thun

Las distancias entre ciudades es muy corta y los cascos antiguos se recorren en poco tiempo, esto nos permite aprovechar muy bien el día.

Nos despertamos en Rossens. Conocemos a la amable propietaria de la casa y aunque no sabe mucho inglés se esfuerza por decirnos algo.

Paseamos por el pueblo de bonitas casas. Seguimos asombrados, los grandes ventanales no tienen ni una sola reja y sus jardínes están abiertos formando parte de las calles.

Enseguida nos ponemos en marcha hacia Montreux. Conducir en Suiza es muy sencillo, simplemente hay que coger la autovia en un sentido u otro.

Montreux se situa a orillas de lago Lemán, su largo paseo repleto de flores es una maravilla.





Pero el verdadero interés del lugar es el mágico Castillo de Chillón, situado excepcionalmente sobre un islote peñascoso del lago.





Dedicamos parte de la mañana a visitarlo por dentro, recorriendo sus mazmorras y habitaciones conservadas con sus muebles y enseres.



Deshaciendo parte del camino nos dirigimos a Gruyères. Paramos antes en Bulle, pero las obras que abarcan la plaza central nos impiden encontrar encanto alguno.

El paisaje es increible, cualquier camino es bueno para parar el coche y descubrir el lugar.



La pintoresca Gruyères está situada en lo alto de una colina desde donde podemos ver excelentes vistas de los Alpes, valles y lagos circundantes.



El casco antiguo es básicamente una calle muy larga que se asemeja a una gran plaza de mercado medieval donde un gran número de restaurantes turísticos ofrecen fondues del famoso queso.







Tras comer la fondue de rigor nos desplazamos a Murten, otra localidad medieval a orillas del lago del mismo nombre. No es tan famoso como otros pueblos y vale mucho la pena. Recorremos su intacta muralla desde la cual se contempla un bonito mapa de tejados.





La siguiente parada es Berna, capital de Suiza. Su singular calle principal es un paseo cubierto repleto de torres históricas y fuentes monumentales.



La calle desemboca en un puente donde se disfruta la vista más bella del casco antiguo y el río Aare.



Adentrandonos en la zona del Interlaken hacemos una última parada en Thun, situado junto a uno de los dos lagos de esta idílica zona. Su elevado castillo rodeado de laberinticas calles parece sacado de un cuento de hadas.



Nuestro alojamiento de hoy está en Aeschiried, un pueblo prealpino con bonitas vistas al lago Thun. El BnB Renate Legancher es una de las últimas casas, ofrece un sencillo apartamento situado en la parte baja.





Finalizamos el día con un tranquilo paseo por los alrededores.

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