LLegamos a Gante desde París con un autobús de Eurolines (3,5h). Compramos los billetes con antelación en su web por 31€/pers. Hay un tren de alta velocidad, el Thalys, que cubre este recorrido, pero en estas fechas señaladas sale bastante caro. De la estación de autobuses de Gante al centro de la ciudad hay apenas 10 min andando.
El NH Gent Belfort es nuestro superhotel gracias a una oferta. Su situación, frente al ayuntamiento, es inmejorable. La habitación es inmensa, con una enorme cama de 2x2. El desayuno completísimo. Perfecto.
Sabiamos que la ciudad estaba en obras pero no imaginabamos encontrarla toda levantada. Aun así nos sorprende muchísimo y nos quedamos maravillados con su monumentalidad.
Los Muelles de las Hierbas y el Trigo forman el rincón más mágico de la ciudad. Un precioso puerto medieval con su singular hilera de edificios históricos que se reflejan en las aguas del rio.
La panorámica desde el puente de San Miguel merece todas las fotos que puedas hacerle, desde allí casi todos los monumentos de la ciudad están a su alcance.
Realizamos la ruta que proponen en la oficina de turismo para recorrer los puntos destacados del casco antiguo.
En el Patershol, barrio historico de la ciudad, las solitarias y pintorescas callejuelas invitan a pasear tranquilamente descubriendo sus fachadas.
Entre las antiguas calles encontramos una gran fortaleza, el antiguo Castillo de los Condes de Flandes.
Las panaderias son espectaculares, ofrecen una gran variedad de panes, todos con una pinta...
También nos llaman la atención estos originales carritos donde los niños van como reyes, bien calentitos y con sus juguetes.
No sabemos si es debido a las obras pero la ciudad está turísticamente tranquila, eso contribuye al encanto de poder recorrerla sin aglomeraciones.
En información turística nos informan de que toda remodelación finalizará en el 2012. Imaginamos lo bonita que quedará la ciudad y planeamos regresar para verla.
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